En este artículo os mostramos nuestra aportación para el periódico mexicano REFORMA, donde damos una serie de recomendaciones, junto a diferentes expertos de otras áreas implicadas, sobre si es beneficioso o no realizar ejercicio físico durante y tras haber pasado el COVID, así como diferentes recomendaciones respecto a ello.
¿Se puede hacer ejercicio teniendo COVID leve o asintomático?
En general si. No obstante, debemos tener presente que tanto la debilidad muscular como la intolerancia al ejercicio (fatiga temprana) son síntomas de los pacientes con COVID agudo y de forma posterior, por lo que se debe realizar ejercicio, pero de forma coherente, es decir, utilizando intensidades o cargas inferiores a las que utilizábamos de forma previa, para ir avanzando de forma progresiva.
¿Es recomendable?
Si, ya que la realización de ejercicio parece reducir la mortalidad por COVID en casi un 40%. Concretamente, si nos vamos a las recomendaciones mínimas en cuanto a la realización de actividad física (AF) que la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó hace poco más de un año, la realización de 150 minutos (’) de AF moderada o 75’ de actividad física vigorosa, más 2 días de entrenamiento de fuerza, ya parecen reducir las complicaciones asociadas a la enfermedad en más de un 30%.
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¿La actividad física puede favorecer o perjudicar la recuperación de la enfermedad?
Como hemos destacado anteriormente, tiende a favorecer la recuperación, pero tenemos que tener en cuenta ciertas consideraciones como la intensidad a la que realizamos la actividad, ya que si esta es muy alta puede deprimir nuestro sistema inmune, generando el efecto contrario al deseado, además de las posibles afecciones cardiacas que podrían darse posteriormente y pueden verse agravadas por un exceso de intensidad, por ejemplo. Destacando lo primero, uno de los factores comunes de aquellas personas que tienen la enfermedad, y que han sufrido complicaciones asociadas, es la presencia de alguna comorbilidad asociada (como obesidad), lo cual desencadena una inflamación crónica de bajo grado en nuestro organismo que puede reducirse a través de la práctica regular de ejercicio.
¿Cuáles serían las restricciones o recomendaciones para quienes aún estando contagiados insisten en querer hacer ejercicio?
Pues aquí, lo primero, y volviendo a lo anterior, debemos empezar con intensidades bajas, ya que el COVID provoca una gran pérdida en cuanto la aptitud cardiorrespiratoria, utilizando, también, en cuanto al entrenamiento de fuerza cargas menores. No obstante, aquí consideramos como muy importante, escuchar a tu cuerpo y no probar cosas nuevas, evitando excesos, dándole pequeñas dosis de lo que ya conocía.
¿Cuánto tiempo después de la infección se puede retomar la rutina física al 100%?
Dependerá mucho de cada uno, sobre todo si la persona tiene o no síntomas. En el caso que no tenga síntomas en reposo durante 7 días o lleve 10 días desde el inicio de los mismos, lo recomendable sería hacerse un chequeo médico, tal y como destacamos más abajo.
¿Con qué tipo de ejercicio se tendría que volver a empezar, una vez superada la enfermedad?
Con el que más te guste y motive, siempre y cuando sea positivo para ti y no te perjudique. Teniendo en cuenta que un 40% de la población no cumple con las recomendaciones de AF anteriormente citadas, lo importante es que empieces con el tipo de ejercicio que más te guste y poco a poco incluyas aquellos que te gustan menos pero que seguramente sean los que más necesites.
¿Es necesario realizarse algún tipo de estudio al haberse recuperado de la enfermedad para conocer en qué estado físico se está?
Desde luego, lo más recomendable sería hacerse una prueba de esfuerzo para descartar cualquier tipo de afección, tanto a nivel cardíaco como respiratorio, y si es necesario, algún tipo de prueba más específica que el médico considere.
¿Cómo ha sido tu experiencia con el ejercicio durante o tras el COVID? Cuéntanoslo abajo en los comentarios.
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