Introducción
El fútbol es el deporte más popular del mundo con más de 265 millones de personas que juegan al mismo regularmente de forma profesional, semiprofesional o amateur, teniendo en cuenta las diferentes ligas y géneros que forman parte de estas cifras. Esta cifra representa el 4% de la población mundial, existiendo más de 1,7 millones de equipos en todo el mundo y aproximadamente 301.000 clubs (FIFA, 2006).
Define el fútbol Seirul·lo (2017) como un deporte de interacción en espacio compartido. Además, puede referirse también a un deporte colectivo que mediante la cooperación-oposición desarrolla una serie de características complejas en forma de habilidades abiertas (Taskin, 2008).
Es importante que la valoración de las capacidades físicas básicas de las jugadoras este bien planificada en los microciclos y su posterior control debe incluirse en cada sesión de entrenamiento para adecuar la intensidad, volumen, carga de trabajo y métodos de recuperación para conseguir un estado óptimo de todas las jugadoras y evitar riesgos de lesión (Torras, 2021).
Este artículo muestra un análisis de las acciones y demandas más específicas del fútbol-11. Como expresa Torras en (2021), podemos ver los fundamentos básicos del juego y ver la relación que tienen estos componentes del mismo (funcionales, mecánicos y estructurales) con el movimiento y acciones de las jugadoras.
1.COMPONENTES FUNCIONALES, MECÁNICOS Y ESTRUCTURALES DE LA CONDICIÓN FÍSICA
En el fútbol se efectúan situaciones de juego en las que es necesario reconocer que se producen esencialmente el desarrollo de las habilidades tácticas y técnicas, pero que no siempre se dominan los efectos energéticos de estas situaciones. Para dominar los gastos energéticos en las situaciones del juego se debe conseguir un entrenamiento físico integrado en el que se trabaje los aspectos energéticos (anaeróbico láctico, anaeróbico aláctico, aeróbico) en las situaciones técnico-tácticas del entrenamiento (Riveiro, 2000).
Mombaerts (1998), nos habla de que las adaptaciones funcionales mejoran el rendimiento del sistema, como seria el caso la frecuencia cardíaca, en cambio, las adaptaciones estructurales mejoran las carencias del sistema, como la hipertrofia muscular.
Desde el punto de vista de Ardle (1981), hace referencia que estas adaptaciones al movimiento del deportista son el fruto de la actividad esencial para transformar la energía química en energía mecánica y seguidamente en trabajo.
Para asegurar estas funciones, el organismo utiliza la energía de la adenosina trifosfato o ATP. Este ATP es esencial para la iniciación de cualquier actividad, el primer sistema metabólico a sostener la producción de energía es el sistema de fosfagenios que independientemente de la magnitud del esfuerzo, ofrece a los músculos el ATP rapidamenete. Con la prolongación de la actividad... descárgate todo el artículo y sigue disfrutando de todas las ventajas.
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