Resumen.
¿Cómo se relaciona la aptitud cardiorrespiratoria con mi salud? ¿Porqué necesito mejorar mi aptitud cardiorrespiratoria? La aptitud cardiorrespiratoria disminuye con la edad y sabemos que es un importante predictor del riesgo de enfermedad cardiovascular y riesgo de mortalidad por todas las causas. Conocer nuestro nivel de aptitud cardiorrespiratoria es importante para nuestra salud, niveles más bajos se asocian con mayores riesgos de ECV y mortalidad, donde el ejercicio físico y/o la actividad física juegan un papel fundamental para mantener o mejorar estos niveles.
Palabras claves: aptitud cardiorrespiratoria, consumo de oxígeno, ejercicio, HIIT, ejercicio continuo, salud.
Cómo citar: Ruiz-Sojo, D. (2021). La importancia de la aptitud cardiorrespiratoria para mejorar la salud. Pildorabreve, 9. http://dx.doi.org/10.13140/RG.2.2.24570.21447/1
INTRODUCCIÓN
En el año 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que 3,2 millones de personas mueren cada año debido a la inactividad física, convirtiéndola así en la cuarta causa de mortalidad a nivel mundial (1), en el 2016, más de una cuarta parte de la población mundial adulta eran inactivos, esto nos indica que 1,4 mil millones de personas estaban en riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la inactividad física, según el estudio de la revista The Lancet Global Health (2). En la actualidad, la media mundial de personas que no realiza ejercicio físico semanalmente es de un 14%, según el estudio de Ipsos Global Advisor de agosto de 2021, titulado “Global views on exercise and team sports” (3).
En España, la proporción de personas que no realiza ejercicio por semana es de un 15%, convirtiéndose así en décimo país que menos ejercicio realiza, con una media de 5,7 horas de ejercicio a la semana, según este mismo estudio (figura 1).
Figura 1. Proporción que no realiza ejercicio semanalmente (Ipsos Global Advisor de agosto de 2021)
La mayoría de los factores de riesgo asociados a mortalidad por enfermedad cardiovascular (ECV) o cáncer se relacionan con el estilo de vida de la persona afectada. Por ello, la actividad física y/o el ejercicio físico desempeñan un papel importante en la reducción de los factores de riesgo a través de la mejora de los parámetros correspondientes a la aptitud cardiorrespiratoria (CRF) (6). Todas las formas de actividad física, ya sean estructuradas o no, promueven la mejora de la función física y fisiológica, además de la CRF, y en última instancia protegen contra la ECV y los eventos relacionados con ECV (7).
¿QUÉ ES LA APTITUD CARDIORRESPIRATORIA?
La aptitud física se expresa típicamente como aptitud cardiorrespiratoria o CRF por sus siglas en inglés cardiorespiratory fitness (4). La medida de la capacidad máxima/pico de un individuo para realizar trabajo físico aeróbico depende del trabajo sinérgico entre los sistemas de órganos que captan oxígeno del aire ambiente y lo transportan a las mitocondrias, mientras que eliminan de manera efectiva los subproductos metabólicos que, cuando se acumulan, perjudican los esfuerzos para sostener o mantener la intensidad del ejercicio (7).
Este proceso es el reflejo de la aptitud cardiorrespiratoria de un individuo, el cual puede evaluarse cuantificando el volumen de oxígeno consumido por minutos, es decir, VO2 (7).
¿CÓMO PUEDO EVALUAR MI CONSUMO DE OXÍGENO?
Por método directo, se puede obtener los datos durante una prueba de esfuerzo con medición de gases, ya que es considerada la prueba gold standard (8). Debido al costo de los aparatos para la obtención de los datos en muchas ocasiones no podemos acceder a ellos, lo que quiere decir que debemos recurrir a otros métodos (8).
Por método indirecto, podemos obtener estimaciones en función de la velocidad aeróbica máxima (VAM), la pendiente o por la carga de trabajo (por ejemplo, vatios) en pruebas incrementales de esfuerzo máximo (8). En entornos donde no sea posible la realización de pruebas incrementales de esfuerzos máximos, también podemos estimar este valor a través del test de caminata de 6 minutos, que cuenta con evidencia que lo respalda como un método válido (8).
Sin embargo, en entornos clínicos la realización de pruebas de esfuerzo se reserva para las exploraciones subyacentes de signos y síntomas de isquemias o arritmias, por ello, muchos de los pacientes que no presentan estos síntomas, no reciben una orden de realización de estas pruebas, a pesar de la utilidad clínica que tienen sobre la salud.
CLASIFICACIÓN DE LA APTITUD CARDIORRESPIRATORIA
La falta de estándares de referencia para interpretar la aptitud cardiorrespiratoria hizo que surgiera la necesidad de clasificar estos datos para establecer unos valores. Por ello, surgió inspirada en la base de datos FRIENDS esta clasificación:
En ella, podemos categorizar a los individuos como “CRF baja”, cuando están por debajo del percentil 34, como “CRF moderada”, aquellos que se encuentran del percentil 34 al 66 y como “CRF alta” cuando están por encima del percentil 66 (tabla 1) (8).
Tabla 1. Percentiles por grupo de edad para CRF. (Recuperado de Kaminsky et al., 2019)
¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE LA SALUD Y LA APTITUD CARDIORRESPIRATORIA?
Hoy la CRF se considera un signo importante que proporciona información sobre salud y pronóstico. Diversos estudios han demostrado una relación inversa entre la aptitud cardiorrespiratoria y la incidencia de cardiopatía coronaria o mortalidad por todas las causas en participantes sanos o asintomáticos (4,8).
De hecho, en comparación con otros factores de riesgo como hipertensión, diabetes mellitus, el tabaquismo y la obesidad, la aptitud cardiorrespiratoria es la predictora de mortalidad más potente (4,7,8). Aunque la presencia de uno o más factores de riesgo tradicionales pronostica una ECV futura, el riesgo de desarrollar ECV se reduce notablemente en individuos de moderada a muy buena condición física (7).
La insuficiencia en los sistemas centrales (es decir, oxigenación de la sangre venosa y gasto cardiaco) y/o periféricos (en otras palabras, red capilar, deficiencias musculoesqueléticas y disfunción mitocondrial) afectan de manera negativa a nuestra aptitud cardiorrespiratoria y pueden ser signos de una o más enfermedades (7).
En las últimas décadas se han registrado los siguientes datos que hacen que la hipótesis se haga más fuerte. Se ha demostrado que pronostica eventos de ECV (donde se ve un 11% de reducción del riesgo por cada aumento de MET) (El MET es un equivalente metabólico en reposo, que equivale a 3,5 ml/kg/min),con respecto a la insuficiencia cardiaca (19% de reducción de riesgo por cada aumento de MET), en cuanto a la muerte súbita cardiaca (14% de reducción del riesgo por cada aumento de MET) y en relación con la mortalidad por todas las causas (de un 15-30% de reducción del riesgo por cada aumento de MET), estableciéndose como un fuerte indicador de pronóstico independientemente de la edad, sexo, raza y estado de salud (7). En otro estudio, se observó que un aumento de 1 ml/kg/min en el VO2max se asoció de forma independiente con una disminución de la mortalidad por todas las causas del 9% en comparación con el grupo que no experimento cambios en el CRF (8).
Por otro lado, se halló que en las personas que tenían un CRF más bajo (<27 ml/kg/min) existía 1,7 veces más de riesgo de mortalidad y 1,56 veces más de riesgo de padecer una ECV en comparación con las personas con un CRF alto (> 37,8 ml/kg/min) (4).
Aunque la CRF es una métrica aparentemente sencilla, probar la capacidad de un individuo para realizar un esfuerzo físico, caracteriza la capacidad de múltiples procesos fisiológicos que van a ocurrir sinérgicamente para lograr mantener los niveles de actividad física. Por ello, esto podría ser un indicativo de su correlación con medidas de función pulmonar, cardiovascular, musculoesquelética y metabólica (8).
EJERCICIO FÍSICO COMO MÉTODO PARA MEJORAR LA APTITUD CARDIORRESPIRATORIA
El VO2 es probablemente el factor más importante que determina el éxito en un deporte de resistencia. Sin embargo, el consumo de oxígeno es específico de la persona y de la actividad realizada (5). El ejercicio físico puede reconocerse como un “fármaco” que se utiliza para prevenir o tratar enfermedades, lamentablemente con el aumento de la edad los niveles de CRF disminuyen, siendo un proceso inevitable, independientemente de los cambios producidos en la composición corporal (8), lo que contribuye al aumento del riesgo de padecer problemas relacionados con la salud. Esto sugiere la necesidad de plantear como objetivo de entrenamiento mejorar la aptitud cardiorrespiratoria de las personas para reducir los factores de riesgo.
Es importante conocer que las diferentes intensidades del entrenamiento influyen sobre las adaptaciones fisiológicas, por lo que necesitaremos elegir un método de ejercicio óptimo para mejorar nuestra forma física (5).
En estos casos es en donde nos surgen las dudas, ¿Ejercicio continuo de intensidad moderada? ¿Ejercicio interválico de alta intensidad?, ¿Cuál es el mejor método? Pues bien, si comparamos ejercicio interválico de alta intensidad (HIIT) con el ejercicio continuo de intensidad moderada (MICT), sabemos que el HIIT es más efectivo para mejorar los niveles de CRF con respecto al entrenamiento continuo (5,6,7), donde los intervalos más largos de 2-4 minutos obtenían mayores mejoras en los niveles de VO2 (5). Sin embargo, cuando comparamos HIIT y MICT con grupos de intervención que no realizan ejercicio físico, tanto HIIT como MICT presentan mejoras en los niveles de VO2, donde además se encontró que las mejoras eran mayores en sujetos con más baja forma física que en sujetos con una forma física más alta (5). Por otro lado, en personas adultas mayores, donde el riesgo de mortalidad y ECV es mayor, aumentar los niveles de CRF debe ser un objetivo a trabajar para disminuir los factores de riesgo y mejorar su salud (8,9). Se observó que el entrenamiento continuo de intensidad moderada mejoraba los niveles de VO2 pico en personas de más de 65 años cuando se comparaban con grupos controles que no se ejercitaban, pero cuando comparamos ejercicio interválico de alta intensidad con respecto a ejercicio continuo de intensidad moderada, se observaron mayores niveles de ganancia con respecto al MICT (9). Aunque aún hay que estudiar sobre los protocolos óptimos para este tipo de población (9).
CONCLUSIONES
Se establece la aptitud cardiorrespiratoria como un importe predictor de riesgo de enfermedad cardiovascular, más potente que factores de riesgo típicos como el tabaquismo, obesidad, diabetes mellitus o hipertensión. Podemos evaluar la aptitud cardiorrespiratoria a través de factores como el consumo de oxígeno (VO2) que es susceptible de mejora a través del ejercicio físico y/o actividad física, donde observamos que el método más efectivo para mejorarlo es el entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT).
REFERENCIAS
- World Health Organization (2009). Global health risks: mortality and burden of disease attributable to selected major risks. Geneva: World Health Organization, 11
- Guthold, R; Stevens, GA; Riley ML & Bull FC (2018). Worldwide trends in insufficent physical activity from 2001 to 2016 a pooled andalysis of 358 population-based surveys with 1.9 million participants. The lancet glob health. http://dx.doi.org/10.1016/S2214-109X(18)30357-7
- Global views on exercise and team sports (2021). Ipsos Global Advisor. Agosto 2021. ISIN: FR0000073298
- Kodama, S., Saito, K., Tanaka, S., Maki, M., Yachi, Y., Asumi, M., Sugawara, A., Totsuka, K., Shimano, H., Ohashi, Y., Yamada, N., & Sone, H. (2009). Cardiorespiratory fitness as a quantitative predictor of all-cause mortality and cardiovascular events in healthy men and women: a meta-analysis. JAMA, 301(19), 2024–2035. https://doi.org/10.1001/jama.2009.681
- Helgerud, J., Høydal, K., Wang, E., Karlsen, T., Berg, P., Bjerkaas, M., Simonsen, T., Helgesen, C., Hjorth, N., Bach, R., & Hoff, J. (2007). Aerobic high-intensity intervals improve VO2max more than moderate training. Medicine and science in sports and exercise, 39(4), 665–671. https://doi.org/10.1249/mss.0b013e3180304570
- Milanović, Z., Sporiš, G., & Weston, M. (2015). Effectiveness of High-Intensity Interval Training (HIT) and Continuous Endurance Training for VO2max Improvements: A Systematic Review and Meta-Analysis of Controlled Trials. Sports medicine (Auckland, N.Z.), 45(10), 1469–1481. https://doi.org/10.1007/s40279-015-0365-0
- Ozemek, C., Laddu, D. R., Lavie, C. J., Claeys, H., Kaminsky, L. A., Ross, R., Wisloff, U., Arena, R., & Blair, S. N. (2018). An Update on the Role of Cardiorespiratory Fitness, Structured Exercise and Lifestyle Physical Activity in Preventing Cardiovascular Disease and Health Risk. Progress in cardiovascular diseases, 61(5-6), 484–490. https://doi.org/10.1016/j.pcad.2018.11.005
- Kaminsky, L. A., Arena, R., Ellingsen, Ø., Harber, M. P., Myers, J., Ozemek, C., & Ross, R. (2019). Cardiorespiratory fitness and cardiovascular disease - The past, present, and future. Progress in cardiovascular diseases, 62(2), 86–93. https://doi.org/10.1016/j.pcad.2019.01.002
- Bouaziz, W, Malgoyre, A, Schmitt, E, Lang, P-O, Vogel, T, Kanagaratnam, L. (2020). Effect of high-intensity interval training and continuous endurance training on peak oxygen uptake among seniors aged 65 or older: A meta-analysis of randomized controlled trials. Int J Clin Pract; 74:e13490. https://doi.org/10.1111/ijcp.13490
Comentarios ()