Este artículo muestra la relación existente entre temperatura ambiental y presión arterial con el objetivo de que aquellas personas con problemas derivados de esta última puedan monitorizar dicha variable de una forma más adecuada.
Cabe destacar que este ha sido realizado en colaboración con Trainsplant, una organización que ayuda a aquellos que padecen alguna enfermedad crónica, sobre todo enfermedad renal crónica, a mejorar su calidad de vida a través del ejercicio.
Relación entre presión arterial, temperatura y estacionalidad
En 1961 se encontró una relación inversa entre temperatura ambiental y presión arterial (tanto diastólica como sistólica), donde esta era más alta, de forma general, en individuos que habitaban en lugares con temperaturas bajas y viceversa. Este hecho se documentó tanto en normotensos como hipertensos, siendo más evidente en aquellos sujetos de mayor edad. De media, parece que cuando la temperatura ambiente decae 1 grado centígrado (ºC), la presión arterial sistólica aumenta entre 0,26 y 0,38 milímetros de mercurio (mmHg.), mientras que, si esta temperatura aumenta 1ºC, esta presión arterial se ve reducida en torno a 0,14 mmHg. Respecto a ello, parece que estos cambios en la temperatura no tienen una asociación clara con la aparición de más o menos eventos cardiovasculares, aunque en población adulta mayor se ha visto un incremento de la mortalidad en algunos estudios cuando la temperatura ambiente disminuye 1ºC. Sin embargo, se han registrado reducciones de los fármacos utilizados en el 13,5% de sujetos con hipertensión, sobre todo en relación con diuréticos. No obstante, se debe ser cauto con aquellos sujetos hipertensos que tienen la presión arterial controlada en invierno, ya que cuando llega el verano puede bajar en exceso, así como el caso contrario; aquellos que la tienen muy controlada en verano, en invierno les tenderá a subir. Por ello, el profesional médico debe ajustar los fármacos a cada momento del año.
Ilustración 1. Relación entre presión arterial, época del año y diferentes momentos del día
Mecanismos implicados
Los mecanismos que explican esto tienen que ver con la termorregulación, ya que el frío provoca una vasoconstricción de la sangre, mientras que el calor todo lo contrario, una vasodilatación. De esta forma, si, como suele ocurrir en ambientes fríos, sudas menos, pierdes menos sodio y, por tanto, tu presión arterial se verá aumentada. Sin embargo, con más luz y vitamina D procedentes del sol, como es habitual en verano, donde los días son más largos, la presión arterial tiende a reducirse.
Además, y de forma concreta, se han visto mayores fluctuaciones estacionales en cuanto a la presión arterial (2-12 mmHg.) en individuos con enfermedad renal crónica y diabéticos (3-10 mmHg.). No obstante, pueden existir otros factores de confusión, como que en invierno suele realizarse menos ejercicio, los cuales podrían influir sobre estos resultados.
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Consideraciones generales
Como consideraciones generales, se debe tener en cuenta que:
- Estos cambios estacionales en la presión arterial deben confirmarse a través de varias mediciones.
- Se deben tener en cuenta otros factores influyentes como la deshidratación, la pérdida de peso, la utilización de diferentes fármacos o el consumo de alcohol, entre otros.
- Si la presión arterial sistólica está por debajo de 110 mmHg., el médico debe valorar reducir el tratamiento farmacológico, controlando la presión arterial durante las próximas 24 horas, teniendo en cuenta, además, el cambio opuesto que puede ocurrir en ella durante otra época del año.
¿Has considerado consultar con tu médico reducir los antihipertensivos en verano? Cuéntanoslo abajo en los comentarios.
Referencias
1. Stergiou, G. S., Palatini, P., Modesti, P. A., Asayama, K., Asmar, R. et al. (2020). Seasonal variation in blood pressure: Evidence, consensus and recommendations for clinical practice. Consensus statement by the European Society of Hypertension Working Group on Blood Pressure Monitoring and Cardiovascular Variability. Journal of hypertension, 38(7), 1235-1243.
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